viernes, 8 de abril de 2016

Domingo

Qué común en la gente de adjudicarle a un día un estado de ánimo, un determinado porcentaje de ganas de vivir, un grado de infelicidad... Y acá estoy viviendo el domingo a mi manera... Pero hoy no es domingo, es viernes... El día que todos le adjudican felicidad y libertinaje.
Te duele mucho el domingo, y a veces lo que mas te duele de ese primer o último día de la semana, es que empiezas a replantearte la vida: en lo que hiciste y en lo que tenes que hacer, en lo que podrías haber hecho y en lo que no hiciste, pero ya no hay manera de que puedas hacer; en lo que hiciste mal y bien, en lo arrepentido que estas por muchas cosas que has hecho sin pensar,  o en lo amargado que te pones por aquello que simplemente pasó y no podes cambiar,  corregir o borrar.
Resultado de imagen para domingo tristeMe duele demasiado el domingo y sabes por qué? Porque no me duele lo suficiente como para poder llorarlo. Lo tengo atravesado en la garganta, sacándome las ganas de seguir, las ganas de hablar. Y es que sólo el domingo duele cuando estás mal, porque muchas veces me he encontrado distraída riendo, bailando, cantando, haciendo reír a un bebé, pintando un nuevo cuadro o terminando un buen libro... Cuando mas mal estás y encima, sin saber por qué, es cuando tu mente le adjudica a tu vida el domingo. Y lo peor de todo es que sabes que lo que más te lastima es que no hay nada concreto que te esté lastimando, no podes ponerle un nombre, una definición, un concepto ni una causa, o capaz es porque no tenes la capacidad de asumir que es simplemente: domingo.

Adjudicarle la pena a un día es de boludo, cobarde. Porque no llegas a darte cuenta que el problema no es del día... Sos vos... Soy yo...